Un día recibes una llamada, y resulta que es una compañera de la oficina con la que coincidí algún tiempo atrás, te comenta que está embarazada, y que le hace ilusión tener unas fotos de su embarazo, pero que le da pereza y un poco de miedo no conectar con el/la fotógrafo/a, y decide ponerse en mis manos.
Doble felicidad, por la buena noticia que me da, y por haberse decido por mi!!








